Sexualidad en la Vejez Sus mitos y realidades

Sexualidad en la Vejez Sus mitos y realidades

A mucha gente se le hace difícil pensar que los hombres y mujeres de edad avanzada tengan todavía sentimientos, necesidades y relaciones de tipo sexual.
Sexualidad en la Vejez Sus mitos y realidades

Esta idea errónea es causada indudablemente por los estereotipos culturales existentes, reforzados por la tendencia de denegar la inevitabilidad del proceso de envejecimiento. Hay casos en que trastornos de salud o la pérdida del cónyuge crean una base física o social que justifica la abstención de la actividad sexual.

Los profesionales de la sanidad no son inmunes a estos prejuicios culturales respecto a los ancianos y han hecho poco para resolver los numerosos problemas que surgen en torno a la sexualidad geriátrica.

Veremos diversos aspectos fisiológicos y psicosociales de la sexualidad de los ancianos. Para ello trataremos el tema abordando el tema en tras segmentos: primero trataremos los cambios durante el Envejecimiento de la mujer, luego el Envejecimiento en el varón y por último daremos una mirada integral a la Conducta sexual en la vejez.


Envejecimiento en la mujer


Por el propio y natural proceso de envejecimiento, alrededor de la quinta década de vida se produce en la mujer el cese de la ciclicidad hormonal y de la fecundación.

Comienza gradualmente a partir de los 30 años. Al igual que la menarca marca la transición entre la infancia y la vida adulta, la menopausia indica habitualmente el final del período procreativo de la mujer, y por lo tanto, la transición a otra fase del ciclo de vida psicosocial. Las estadísticas informan que la menopausia se produce entre los 48 y 50 años.

Hay que tener en cuenta que las expectativas de vida de la mujer hoy llegan a unos 75 años, por lo tanto el período posmenopáusico será de unos 25 años. Habrá que pensar como se viven esos años.

Los ovarios van perdiendo paulatinamente la sensibilidad al estímulo de las hormonas hipofisarias, produciendo menos estrógenos, hasta que cesa definitivamente, y pueden aparecer:

Inestabilidad vasomotora (sonrojos), cambios atróficos en las mamas, genitales, piel y Síntomas psicológicos, desde la irritabilidad a la depresión.

Muchas mujeres experimentan la menopausia sin ningún síntoma que acompañe a los cambios hormonales, pero, tal vez contribuya a percibir estos cambios una programación social para esperarlos.

La mujer con salud general buena no pierde la libido ni la capacidad orgásmica.

Los cambios hormonales suelen producir un síntoma a nivel vaginal llamado: DISPAREUNIA.

(dolor durante la actividad coital), posiblemente porque la vagina sufre una pérdida de elasticidad y acortamiento, descenso de las mamas y pérdida de masa mamaria, (ojo, no pierden capacidad de lactancia), que es una demostración del proceso de envejecimiento que se ve en muchas partes del cuerpo.

Hay cambios en el tipo de respuesta sexual comparada con los años reproductivos:

  • Menos rubor sexual durante la fase de excitación
  • Menor vasodilatación mamaria
  • Descenso del tono muscular generalizado
  • Vagina menos expansiva durante la estimulación, con menor lubricación y necesidad de mayor tiempo de estimulación.
  • Suelen tener contracciones uterinas más dolorosas.
Estos cambios se acentúan con la falta de regularidad de la actividad sexual durante los años menopáusicos.

En fin, todos estos cambios, a veces esperados, pueden y deben ser tratados oportunamente. La medicina moderna tiene recursos para hacerlo. El aporte de estrógenos, que debe ser evaluado muy cuidadosamente por su médico, evita el deterioro en la síntesis de proteínas, mejoran la micro circulación por lo que hay menos atrofia epidérmica y menos pérdida de elasticidad y retardan la aparición de osteoporosis. Pero la terapia de reposición de estrógenos tiene también sus complicaciones y alertas, por lo que antes de instalarla habrá que evaluar otros factores.

La mujer perimenopausica o menopausica debe consultar a su médico, quien le sabrá indicar el tratamiento adecuado.

Envejecimiento sexual en el varón


El modelo de envejecimiento reproductivo en el varón no ocurre como en la mujer.

No existe una cesación definida de la fecundidad con relación directa con la edad.

La espermatogénesis disminuye con la edad a partir de los 50 años, pero existe producción de esperma puede llegar y en ocasiones superar los 90 años.

A partir de los 60 hay una reducción más notable que gradual de la testosterona, que es mucho más atenuada y menos brusca que la reducción de las hormonas sexuales en la mujer. Es a esa edad cuando se puede notar, pero este proceso de disminución de la producción de hormona masculina, la testosterona, comienza gradual y lentamente al acercarse a la tercera década del varón.

Síntomas del varón climatérico:


  • Apatía y languidez
  • Pérdida de peso
  • Falta de apetito
  • Libido deprimida, acompañada de pérdida de potencia
  • Trastornos en la capacidad de concentración
  • Debilidad, fatiga fácil
  • Irritabilidad

Muestran siempre por lo menos 4 de estos síntomas.
Hay que tener cuidado porque podrían deberse también a síntomas generales de enfermedades de otra causa.
Ante este cuadro se debe consultar al médico, quien podrá realizar estudios para conocer el nivel de testosterona, porque si es normal deberá completar con un examen mas profundo.

Cambios que puede notar el hombre


Precisa más tiempo de estimulación.
Estimulación genital más directa
Puede haber menor volumen eyaculatorio, con menor sensibilidad por cambios en la próstata y en la trasmisión nerviosa desde y hacia los genitales.
Período refractario aumentado. (Repetición de la eyaculación)

Cambios por problemas prostáticos:


  • Orquitis
  • Prostatitis
  • Uretritis
  • Peyronie
  • Priapismo
  • Cirugía de la próstata
  • Traumatismos urológicos

Es muy importante tener en cuenta que llegados los tiempos de la vejez, la mayoría de los hombres padecen alguna dolencia que podría afectar su rendimiento sexual, y en ciertas circunstancias los tratamientos necesariamente instaurados de las mismas suelen ocasionar disminución de la respuesta sexual, en grados diversos.

Ante estas circunstancias, como se verá cuando tratemos el capítulo de disfunción sexual en el hombre, existen una gran variedad de tratamientos que pueden aliviar grandemente las dificultades de las personas mayores.

Conducta Sexual en la Vejez


A partir de los 20 años el hombre comienza a declinar en la frecuencia sexual. En cambio la mujer menopausica, fisiológica o por motivos quirúrgicos, tiene una declinación menos pronunciada. De todas maneras es un tema controvertido en el cual no hay total consenso y si mucha disparidad en los estudios estadísticos realizados por grupos de estudio en EEUU y Europa.

Las mujeres indican como causa de menor actividad:

  • Enfermedad o muerte del cónyuge
  • Divorcio o separación

Los hombres atribuyen a sí mismos la causa de menor actividad motivada por:

  • Impotencia
  • Enfermedad general
  • Pérdida de interés

“CADA VEZ ES MAS EVIDENTE QUE LA PSIQUIS ES MAS IMPORTANTE QUE LAS ALTERACIONES HORMONALES, EN LA DETERMINACIÓN DEL SEXUAL EN LA POSTMENOPÁSIA”. Si no fuera así, todas las mujeres tendrían una conducta uniforme.

Estados físicos con sexualidad alterada


Desinterés sexual: Con los años la sexualidad se va considerando una complacencia innecesaria, carente de atractivo porque ya no existe la capacidad reproductiva. Tal vez estas personas hayan tenido poco entusiasmo por la sexualidad en la juventud o que no eran muy satisfactorias, ni física ni emocionalmente. A veces encubre una inadecuación sexual propia o inadecuación sexual del compañero o compañera.

Aburrimiento sexual: Se le atribuye a la vejez, pero habrá que revisar si no es causado en parte por la falta de innovación o exploración de nuevas prácticas en relaciones prolongadas. Menor autoestima, cambios en la salud, tanto en hombres como en mujeres.

Sexualidad física debilitada: Son muy frecuentes. Alteraciones vasculares, neurológicas, fatiga, insuficiencia respiratoria son limitantes. La respuesta que el paciente tiene ante estos cuadros es importante. En consecuencia como a veces los profesionales no hacen ofertas constructivas, los pacientes asumen que debe evitarse la actividad sexual.

Inhibición cultural: Las actitudes culturales supervaloran la vitalidad de un concepto idealizado de juventud, belleza física y salud, están tan extendidas que algunos varones llegan a considerar anormal la expresión de sus necesidades sexuales. Se consideran culpables o molestos por su excitación, llegando a evitar la actividad sexual, que es una forma de intercambio de afecto e intimidad.

Atrofia por desuso: Es sabido que la abstención sexual prolongada impone dificultades fisiológicas mayores a los que mantienen un ritmo adecuado a la edad.
Es importante que se trabaje sobre la preparación para la vejez en nuestra cultura. Se debe informar, anticipadamente, que con el paso del tiempo se irán produciendo ciertos cambios graduales y normales para la edad. Hacer notar que la fuerza física tampoco es la de la juventud y si embargo sobre eso no existe alarma.

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